Los barrios logroñeses han recuperado las hogueras por San Juan
Una fiesta popular que une a los vecinos
Las hogueras por San Juan han vuelto a las plazas y calles de Logroño Ciudad. Poco a poco, se van sumando los vecinos de los diferentes barrios, después de sufrir esa tradición, un cierto decaimiento, agravado con la maldita pandemia. En este pasado San Juan, el fuego ha vuelto a hacer acto de presencia con la puesta en valor de las hogueras en la antesala de un verano que nos ha cogido con el pie cambiado con unas temperaturas propias del escenario más tórrido. Habrá que acostumbrarse, predicen los expertos del tiempo como un síntoma del cambio climático.
Las hogueras han sido un factor de convivencia y de unidad en nuestros barrios y ha sido una buena ocasión para trasnochar y participar en las diferentes degustaciones preparadas por las asociaciones vecinales. Además de la tradicional cena de hermandad de vecinos, comerciantes y hosteleros en la calle San Juan, ocupando con sus mesas y sillas todo el espacio urbano, la hoguera se prendió en la Plaza del Mercado, al pie de La Redonda con asistencia de cientos de logroñeses. En Varea, hubo degustación de panceta y el barrio de San Antonio preparó, a la orilla del Ebro, una gran chocolatada, con música, bingo, hinchables para la chiquillería. Previamente, no faltó la merienda de bollos preñaos.
No hay que echar en el olvido la fiesta que se organizó en El Cubo con pinchos morunos, chocolatada y verbena popular. Los asistentes depositaron en un cubo sus deseos y peticiones municipales para hacer mejor el barrio. En un gesto de camaradería, todos los deseos fueron pasto de las llamas.
En Yagüe, lo saben hacer muy bien y son verdaderos expertos en preparar la hoguera, con chocolate y churros en la calle Almería mientras que en La Estrella levantaron una hoguera de grandes dimensiones en la calle Olivares, chocolatada y bizcochos en la Asociación y una actuación de zumba que recorrió todas las calles con cientos de seguidores.
Hogueras si pero sin descuidarse, que las llamas son muy traicioneras y pueden dar más de un disgusto. Hay que lamentar las quemaduras de primer grado, en un brazo y en las dos piernas de una mujer en la calle Rosa Chacel, como consecuencia de un fogonazo de las llamas de la hoguera.
Las hogueras han sido un espectáculo y han tenido, como finalidad, estrechar a los vecinos y poner en valor las excelencias de su zona y, también, sus carencias. Porque un barrio unido, jamás será vencido.